
Los restos mortales de Miguel Alejandro Godoy Soto quedaron tendidos en el pavimento del cruce de las avenidas Canta Callao con Bertello, en los límites de San Martín de Porres con el Callao cuando una combi, manejada por un chofer que se dio a la fuga, lo arrolló.
El fatídico incidente ocurrió el miércoles 21 de julio y sus familiares temen que el responsable de esa imprudencia continúe en libertad y poniendo en riesgo la vida de otros inocentes. “Le escribí al fiscal que supuestamente lleva el caso y no me respondió.
“No sabemos dónde o quienes están realizando las investigaciones”, cuenta Jenimar Rojas, esposa del infortunado. Rojas cuenta que Godoy se ganaba la vida como fiscal de tránsito informal. “Notificaba a los choferes de La Perla sobre la sincronización de los unidades de transporte que cubrían esa ruta y ese miércoles estaba prestando apoyo, pues regularmente cubre ese puesto los días domingo”.
Sus deudos también esperan del Estado, no solo que se haga justicia, si no que apoye económicamente a la esposa del infortunado pues queda un menor de 8 meses en la orfandad.
La familia Godoy Rojas es oriunda de Maracaibo, estado Zulia. Habían llegado a Perú hace tres años y medio provenientes de Colombia: “Allá no podíamos seguir. No teníamos calidad de vida, todo era para pagar alquiler; por eso decidimos movernos a Chile, pero decidimos intentarlo en Perú.
El clamor de esta viuda es que haya justicia y el caso no quede en el olvido por tratarse de un migrante venezolano.
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