
El estudio “Vivencias de discriminación de la comunidad venezolana en Perú”, realizado por la ONG Familia Sin Fronteras, confirma lo que muchos saben, pero pocos se atreven a denunciar por las consecuencias que pueda traerle.
Se trata de los maltratos que sufren los migrantes en este país bajo la mirada expectante de los cuerpos de seguridad que no reciben las denuncias “sin sustento”.
De acuerdo a la encuesta completada por 265 personas venezolanas de 12 regiones de Perú, en la que 213 fueron mujeres y 52 fueron hombres, reveló que al menos 196 mujeres y 47 hombres reportaron haber sufrido algún tipo de maltrato y/o violencia, y solamente 7 mujeres y 4 hombres denunciaron los hechos.
Del total de personas encuestadas, 3 de ellas indicaron ser menores de 18 años, 1 mayor de 61 y el grueso de población que llenó la encuesta está en el rango de edades de entre 26 a 35 años de edad.
La mayoría de estas personas indican vivir en Perú desde hace 1 a 3 años, así como, un gran porcentaje de ellas, 74,3%, señala haber sentido rechazo por parte de compañeras o compañeros del colegio o el trabajo por ser venezolana.

Experiencias amargas
“Trabajaba en un local de piñatería y arreglos de globos y el señor que me contrató me hacía comentarios obscenos. Yo trataba de no prestarle atención y le pedía que no se refiriese a mí de esa manera que respetar. Un día me invitó a ira un hotel después de salir del trabajo (porque, me dijo, que él quería probar una venezolana). Yo, le respondí que no, entonces me agarró el trasero y me dijo que yo le gustaba. De inmediato salí del lugar (…). Traté de denunciar, pero me dijeron que no había pruebas. Luego, me enteré por personas que trabajan en la misma galería que el señor contrataba puras venezolanas para acosarlas y que con todas había tenido ese mismo problema, que siempre le llevaban policías y demás, pero nunca hacían nada”, refiere una las víctimas que participó en estudio.
La violencia se expresa de diferentes formas en el Perú, una de ellas es la psicológica por el impacto que deja en sus víctimas. “Estando embarazada, en varias oportunidades, hombres degenerados trataban de recostarme su miembro en mi cuerpo. En una de las ratas veces que ocurrió un hombre iba tocándose su parte íntima y al bajarse del bus paso su mano húmeda sobre la mía. En la calle una anda con miedo mayormente a los hombres”, comenta otra agraviada.
“Me han insultado indirectamente al decirme en mi cara que todos los venezolanos son ladrones y todas las venezolanas son prostitutas”, es otra expresión de maltrato registrada en la investigación.
La discriminación no diferencia de edades. Otro hallazgo de esta investigación pone en relieve como los niños son, también, víctimas de los malos tratos y muchos de ellos son promovidos por los docentes en las escuelas.

Las recomendaciones
El estudio que busca sensibilizar a la población local sobre el maltrato a la comunidad migrante recomienda capacitar, informar y concienciar al personal, como serenazgo, policía municipal, entre otros, en temas de discriminación por xenofobia, tanto para que no replican o institucionalicen la violencia, así como para que sepan cómo actuar e intervengan de forma oportuna en estas situaciones.
Lea el estudio completo aquí